lunes, 20 de septiembre de 2010

Un señor de Zaragoza


La historia de Canfranc es la del siglo XX. Corremos el reloj del tiempo y nos situamos en la Segunda Guerra Mundial. Cuando la bandera nazi ondeaba en la parte francesa de la estación, un comandante alemán que no hablaba español consiguió entablar relación con un señor de Zaragoza gracias a que los dos podían entenderse en latín. El señor de Zaragoza, que siempre se declaró republicano, era el padre del diputado en el Congreso y cantautor José Antonio Labordeta, entonces un niño que se paseaba por los andenes escuchando trozos de conversaciones en latín. La guerra acabó, los franceses volvieron a izar su bandera y el comandante alemán fue herido y evacuado. Unos años después, en casa de Labordeta recibieron una postal con remite de Heidelberg escrita en latín. Pero por entonces el padre del diputado ya había muerto.
Basado en un relato de Ignacio Martínez de Pisón.

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