viernes, 6 de julio de 2012

El cuidado de los pies



   
Ampollas, rozaduras, llagas... Hacer una larga travesía a pie, sobretodo con el calor del verano, puede acabar siendo un infierno para los pies. Después de haber hecho la Travesía Transpirenaica (GR-11), el Camino de Santiago, el trekking de Landmannalaugar en Islandia y la W del Parque de las Torres del Paine, en la Patagonia chilena, estos son algunos de los consejos que os podemos dar para que el roce de las botas no llegue a mayores. Esperamos que os sean útiles, aunque ya se sabe que cada pie es un mundo y que cada maestrillo tiene su librillo.

La prevención: La primera norma es llevar calzado bastante usado y ya adaptado a nuestros pies. Cuando empecemos a andar y notemos sensación de rozadura, habitualmente en el talón, recomendamos poner en la zona un trozo de esparadrapo de tela. No hay que esperar a que se levante la piel. Aunque todavía no veamos nada, o sólo un poco de enrojecimiento, lo mejor es poner inmediatamente un trozo de esparadrapo. Y después, cuando lleguemos al final de etapa, no hace falta quitarlo. Puede parecer un poco guarro, pero lo mejor, siempre que no se mueva y no presente arrugas, es dejarlo puesto toda la travesía y, si hace falta, poniendo nuevas tiras encima para que se sujete bien. Solamente si vemos que está muy desenganchado y que no nos haremos daño al sacarlo podremos retirarlo. Hay quien utilitza los apósitos de la marca Compeed. En nuestra opinión, estos apósitos tienen como parte positiva que llevan un gel protector que ayuda a curar la herida, pero la parte negativa es que con el calor se ablandan, se pegan al calcetín y es difícil evitar que se muevan mientras caminamos. Y una vez se mueven es difícil desengancharlos sin hacernos daño, por lo que el remedio puede ser peor que la enfermedad: con molestias por el Compeed mal puesto y el calcetín pegajoso a causa del gel. Por este motivo recomendamos el Compeed para el final de la travesía, cuando ya no tengamos que seguir haciendo muchos kilómetros al día.

La curación: Si ya nos ha salido una ampolla, las cosas se complican. Lo primero que hay que decidir es si la pinchamos o no. Hay opiniones para todos los gustos. En principio no es muy recomendable por el riesgo de infección. Pero si tenemos la ampolla en una zona que nos provocha mucho dolor, no tendremos más remedio que proceder a vaciarla. Lo primero será esterilizar la aguja. Como enmedio del campo va a ser difícil que la podamos hervir, lo mejor es que la limpiemos con Betadine o cualquier otro antiséptico. Lo mismo haremos con la zona a tratar. Hay quien recomienda enhebrar en la aguja un trozo de hilo que también habremos desinfectado, y que dejaremos colgando durante un rato de la ampolla ya pinchada para contribuir al drenado. Habrá que llevar la zona siempre bien protegida y desinfectada, porque no hay nada más doloroso que tener una nueva ampolla sobre la piel en carne viva de la anterior.

¿Cuáles son vuestros consejos para el cuidado de los pies? Si teniu alguna idea, podeu fer un comentari, serà molt benvingut.

   


1 comentario:

  1. Hola sarrios! Lo de los apósitos Compeed, completamente de acuerdo. A mi no me fue demasiado bien con ellos.
    Lo que sí que he probado es lo del hilo y me fue bastante bien. Se deja un rato para que drene y salga el líquido y después se echa Betadine y se vuelve a mover (el hilo) para que el desinfectante entre en la herida. Escuece bastante pero, tal como decía mi madre, "si pica es que cura", jeje.
    Muy interesante el blog!
    Saludos!

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